domingo, 15 de marzo de 2015

Crónicas de un amor platónico (parte 21)


Durante muchos años siempre he pensado en decirle a Érika todo lo que siento por ella. Desde el último año del colegio y el primero del instituto, no he dejado de darle vueltas a la cabeza sobre cuándo podría ser el mejor momento, si ahora o quizá dentro de un tiempo. Pienso en ambas opciones, en sus resultados, y sobretodo en sus consecuencias.

Si le dijera ahora que me gusta y estoy enamorado de ella, corro el riesgo de que me rechace. Y lo peor de todo no es el resultado, cuyo fatal desenlace ya lo tengo asimilado, sino el hecho de luego seguir viéndola, continuamente de lunes a viernes por la mañana. Lo cierto es que, de salir mal y seguir siendo compañeros de clase, me daría mucha vergüenza encontrarla en los pasillos, en los recreos o en las propias aulas. Creo que incluso no podría mirarla a la cara, de lo avergonzado que estaría.

Por eso, y para evitar situaciones incómodas y desagradables, prefiero no decirle nada, al menos por ahora. Después de mucho pensarlo, al final creo que el mejor momento es aquel en el que se separen nuestros caminos, aquel que suponga dejar de vernos diariamente, y que  signifique el final de nuestra relación escolar. Llego a la conclusión de que ése es el mejor momento, porque si me acepta supongo que tendríamos un final feliz, y si me rechaza al menos dejaría de verla todos los días, y no sufriría por ello cada vez que la viera.

Y, por supuesto, el mejor momento ideal para una declaración de amor es, sin duda, durante la graduación.

Así pasan los meses, y cuando por fin me doy cuenta, ya estamos en la fiesta de graduación del instituto. Tras cuatro años de estudio de la enseñanza secundaria obligatoria, finalmente completamos la etapa estudiantil necesaria para todos los jóvenes. Y como no podía ser de otra forma, lo celebramos en un acto formal ceremonial en el hall del instituto, al que los miembros de todas nuestras familias están claramente invitados.

Sentado en una de las sillas situadas en medio del recinto, luzco mi traje formal de camisa de botones azules, con corbata azul marino y pantalones de vestir también del mismo tono. Llevo además una chaqueta oscura, que refuerza la importancia del ir bien vestido para una ocasión especial. A ambos lados, e igualmente por delante y por detrás, estoy rodeado de todos mis compañeros y compañeras de clase, de todos los cursos de mi generación, sentados cada uno en su silla. Todos los chicos lucen chaqueta y corbata, y todas las chicas preciosos vestidos de gala de diferentes colores. En general todos estamos guapos y guapas, y así nos lo dicen nuestros profesores, que sonríen al vernos tan bien vestidos. Lo cierto es que ya parecemos personas adultas.

Por supuesto, Laura y Mandy también lucen muy elegantes con sus vestidos, al igual que Érika, de la que me quedo prendado y con la mirada boba y perdida al verla la primera vez. Se me hace raro verla vestida así porque no estoy acostumbrado, y aunque oigo en un par de ocasiones comentarios negativos o de desagrado sobre su traje, a mí me parece perfecta tal cual está. Creo que es preciosa.

Bajo la atenta mirada de nuestros compañeros, de nuestros profesores y de nuestros padres, que sonríen con orgullo, subimos uno a uno a recoger el título y el diploma del graduado. Recibimos no solo la felicitación de nuestros tutores y del director del centro, sino también un cálido y emotivo abrazo por parte de ambos. En medio de los vítores y de los aplausos de la multitud, más de uno llora, incapaz de contener tanta alegría en un día tan especial.

Y como música de fondo, para añadir la guinda al pastel, otros jóvenes estudiantes del centro tocan con flauta el tema musical de Elton John, "Can you feel the love tonigh", tema mítico y honorífico de una de las grandes películas de mi infancia: El Rey León.

Son muchas las emociones que se viven en este día, pero una de ellas en concreto es la que más me asalta: ¿Debería decírselo ya a Érika? Lo pienso en el momento en que se acerca a mí y me felicita con dos besos en las mejillas, diciéndome además lo guapo que estoy con mi chaqueta y traje de corbata, y sonriendo como solo ella sabe hacer. Yo le devuelvo el cumplido con mi mejor sonrisa, y cuando me pregunta por qué rama de conocimiento seguiré estudiando el año que viene, entonces tengo la respuesta clara.

Decido no decírselo todavía.

Porque, tal y como compruebo el siguiente año, los dos aún seguimos estudiando en el mismo centro. Pero eso sí, por ramas separadas: ella estudia por el Bachillerato de Ciencias, y yo por el Bachillerato de Humanidades o letras.

Lo cual significa, claro está, que Érika y yo volvemos a separarnos otra vez.

2 comentarios:

  1. Ohhhhhhh se me acumulan cosas para comentarteeeeeee PORQUEEEEEEE! jajajajajaa. Ya hace un mes que posteé y me comentaste y dije ala, le tengo que comentar... pero se me pasó y aquí vengo otra vez. Sin remedio. La foto que pusiste para el día de San Valentín la dibuje *^* hace tiempo me encanta y la foto de Kairi Riku y Sora que están en Disney me ha encantado. y esta foto también me encanta yo tenía un fotolog que se llama l_kairi_l lo era todo para mi, pero el tiempo pasa y descubres sitios webs más interesantes para publicar cosas, como los blogs :D

    Cómo te cunde a escribir, es que la gente deberíaaprender de ti, no se te olvida nunca siempre hay entradas y textos extensos y con sentido y dos historias que seguro que son fantásticas... así me animo a leer.. capitulo 3 tengo que retomarte xD

    Un besooo!

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    1. ¡Hola, Reimi! ¡Cuánto tiempo! *-*

      Me alegro de que te gusten las fotos de Kairi, Riku y Sora. Tengo una carpeta entera de imágenes y fan arts así, por el mismo estilo, que las encuentro por la red y las guardo al instante. ¡Es que los tres juntos se ven tan adorables! xD

      Qué pena que dejaras el fotolog I_kairi_I, seguro que era muy interesante.

      ¡Aish, Reimi, no digas esas cosas de mi que me da vergüenza! ¡Solo soy otro simple blogger con otro sencillo y discreto blog, nada más! xD

      Piensa que, al menos, la historia ya está acabada, y que no corres el riesgo de dejarla a medias. Te recomiendo además empezar a leerla desde el primer capítulo, que lo remastericé hace unos meses y está como nuevo (es mil veces mejor que el que leíste hace tiempo xD).

      ¡Un beso y muchas gracias por acordarte, pasar y comentar por aquí, Reimi! ^^

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